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Lo primero que hay que decir es que los límites en los niños se implementan por amor a ellos. No son indicadores de castigo sino una demostración de cariño.
Muchas veces nos hemos encontrado en situaciones complicadas en las que a los niños les cuesta cumplir normas, desafían a sus padres, golpean, rompen objetos ó simplemente parece que cerraran el sentido del oído y hacen caso omiso de la norma que se les da. Como padres nos frustramos y muchas veces nos dejamos llevar por la situación y también reaccionamos de mala manera, se vuelve un "tira y afloje" que parece no tener fin.
Algunos padres consideran que los límites se deben establecer en una edad en la que los niños "entiendan" dicho límite y a veces se espera mucho tiempo para ponerlos. Pero, cuál es la edad ideal? Los límites se establecen desde que el niño nace y se hace de manera respetuosa y llena de amor: estableciendo horas de comidas, horas de sueño, rutinas de baño, etc... Si se inicia simplemente respetando cada rutina desde bebés, cuando sean más grandecitos será más fácil el establecimiento de límites para cada edad.
El ideal es que cuando se establezcan las normas de la casa y los límites sean consensuados en pareja y tener en cuenta al niño, según la edad y la situación familiar. También es ideal informar de estos límites a los cuidadores y familiares o personas que convivan con ellos. La ausencia de límites tiene consecuencias negativas en los niños como: Falta de tolerancia ante la frustración, problemas de conducta, caprichos, agresividad, falta de reconocimiento de la autoridad y dificultades en el reconocimiento del otro como semejante.
Trucos para establecer los límites:
Debe ser información concreta: Debes explicarle qué significa el límite que pusiste, es decir, no le digas: "pórtate bien" sino cuales son las acciones que llevan a que ese comportamiento se de, ejemplo: sentarse de manera adecuada en la mesa, hablar con respeto y amor.
Mejor en frases positivas: En vez de decirles "no grites" se les dice: "hablemos en voz baja y tranquila" Ten en cuenta que si tu pides no gritar, tú también debes hablarles en tono tranquilo y de respeto.
Escriban o dibujen estos límites y normas, háganlo juntos, coloquen fotos de la familia, hagan un cuadro que llame la atención de los niños y en el que todos estén involucrados.
No ceder ante los caprichos o malos comportamientos, este es uno de los temores más frecuentes de los padres. Dales alternativas e incluso, se puede negociar aquello que en lo que como familia pueden ser flexibles. Si cedemos los acostumbramos a que puede cambiar lo que no le gusta con llantos o pataletas.
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